La alimentación de los alumnos más jóvenes también es cosa de sus profes

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La educación es siempre una de las herramientas más importantes y útiles de las que puede disponer una sociedad. Hablar de ella es hacerlo del futuro de una ciudad, de una región o de un país, así que resulta evidente que la apuesta por ella debe ser incondicional. Un determinado territorio que no apueste lo suficiente por la educación de sus pequeños y pequeñas va a pagar las consecuencias de ello en el futuro. Por eso, las inversiones de hoy van a proporcionar beneficios en el mañana, aunque para ese mañana todavía queden algunos años por delante. Esta creencia es compartida por buena parte de las personas que pueblan hoy el mundo y que tienen depositadas sus esperanzas en la educación actual para mejorar en todos los sentidos posibles en el futuro.

La educación debe ser implementada en todos y cada uno de los sentidos de la vida. Lógicamente, cuando hablamos de educación, lo hacemos de recibir una serie de conocimientos que nos van a servir para desempeñar una determinada profesión en el futuro. Para eso se encuentra el colegio o el instituto. Sin embargo, educar también consiste en ofrecer consejos y soluciones que puedan servir a los más pequeños y pequeñas de experiencia para enfrentarse a otras situaciones que les depare la vida y que no tengan relación con su profesión. Educar, por ejemplo, en algo tan básico como la alimentación responde a esa última descripción.

Hablamos de uno de los pilares de cualquier vida que se precie. La alimentación constituye una de las ramas más básicas para mantener la salud humana y es importante que las personas empecemos a adquirir hábitos saludables en lo que a alimentación se refiere desde que somos bien pequeñas. Hay que tener claro que existen determinados tipos de productos de los que no podemos abusar y que hay otros que, a causa de los nutrientes que contienen, hay que consumir de una manera prácticamente diaria. Es en este segundo caso donde se suele priorizar un tipo de producto como lo es la fruta, que debe estar presente en cualquier tipo de dieta.

La variedad de opciones que tenemos en lo que respecta a nuestra alimentación es muy amplia y hay muchas maneras de actuar que nos van a permitir obtener una alimentación que sea sana y equilibrada. Afortunadamente, en los tiempos en los que nos encontramos son muchas las tipologías de productos que han empezado a ser fabricados de otra manera, eliminándose de ellos aquellos componentes más peligrosos para nuestra salud y apostando por procesos y nutrientes más ecológicos. Esto permite que esas opciones que son buenas para nuestra salud en materia de alimentación hayan crecido y que tengamos mucho más a mano la posibilidad de cuidar de lo que comemos sin tener que limitarnos a una o pocas categorías de alimentos. Es decir, que hoy en día sí que es verdad aquello de que “tenemos que comer de todo” porque dentro de cada categoría de alimentos hay algo que le va a venir de perlas a nuestro cuerpo y a nuestra salud.

Los profesores de hoy en día son algo más que eso para sus alumnos. El hecho de que muchos niños y niñas coman en el colegio o el instituto hace que esos profesores también tengan una cierta responsabilidad en lo que a la alimentación de los pequeños se refiere. En Preparadores Valladolid, cuyos profesionales tienen un contacto permanente con todas aquellas personas que están preparando una suposiciones para enseñanza, vienen observando que los profesores y profesoras que están en vías de conseguir una plaza se han mentalizado en los últimos tiempos en lo que tiene que ver con esa alimentación de los más pequeños y la relevancia que eso tiene para su salud. Por tanto, podemos concluir que muchos de esos futuros y futuras profes van a tener la capacidad de cuidar de esa alimentación de los y las peques que se encuentren bajo su responsabilidad.

Estamos hablando de una de las profesiones más importantes de todas aquellas que pueden encontrarse en una sociedad. Todos los trabajos son importantes, que nadie nos malinterprete, pero que de ti dependa la educación general y más específicamente la educación alimentaria de las personas que constituyen el futuro de tu sociedad es algo que debe dejar un sentimiento de satisfacción tremendo en un profesor o profesora. A todos y todas nos ha marcado alguna de las personas que se dedican a esa profesión y seguro que hemos asumido, aunque sea de manera inconsciente, alguna de las cosas que nos ha enseñado. Ahora que los profesores también tienen relación con los alumnos y las alumnas en el comedor del colegio, imaginaos el valor de todos los consejos que dicha persona les puede proporcionar a sus pequeños y pequeñas.

El número de profesores crece en nuestro país

Hay una necesidad educativa muy grande en el interior de nuestras fronteras aunque los datos nos indiquen que la tasa de natalidad es cada vez más pequeña. En una noticia que se publicó en la página web oficial de La Moncloa, se establece por ejemplo que existe más de un 45% de personas de entre 0 y 3 años que están escolarizadas, lo cual es el dato más alto desde que hay registros de este tipo. Es una gran noticia, qué duda cabe. ¿Y qué es lo que esto significa? Que la necesidad de contar con profesores y profesoras es más alta. La noticia a la que acabamos de hacer referencia indica también que el número de profesores que hay en el interior de nuestras fronteras supera las 700.000 personas (un 11% más que el año pasado), de las cuales 555.000 pertenecen al sector público.

Sin embargo, es verdad que no todos los alumnos tienen comedor en sus colegios o institutos. Todavía estamos lejos de hacer que eso sea posible, aunque es cierto que el número de niños y niñas que ahora sí puede acceder a ese servicio ha crecido de una manera considerable en los últimos años. En una información publicada por la página web del Huffington Post se revelaban los datos de un informe de la ONG Educo en el que se hacía referencia al coste anual de que todos los niños y niñas tuvieran acceso a este servicio, que ascendía a 1.664 millones de euros. Es un coste bastante grande y, aunque nos parece complicado que las instituciones públicas estén por la labor de facilitar el comedor a todos los alumnos y alumnas de colegios e institutos públicos en el futuro, sí que creemos que va a seguir creciendo el porcentaje del alumnado que tiene acceso a estos servicios.

Es importante que, además de estar al tanto de cómo es la alimentación de los alumnos y alumnas a través de los comedores que se sitúan en determinados colegios e institutos, también se realice una labor dedicada a prevenir, desde dentro del propio aula, cualquier hábito que sea nocivo para la salud en materia de alimentación. A causa de la corta edad que tienen muchos alumnos y alumnas, se tiende a abusar de los productos azucarados y que no son nada sanos. Ocurre lo mismo en el caso de los refrescos y comidas rápidas como lo pueden ser las hamburguesas, los perritos calientes o las pizzas.

Mantener controlado todo eso y explicarles el porqué de ese asunto es algo que depende no solo de los profesores, por supuesto. En casa, los padres y madres también tienen una labor que es necesaria. Si se consigue que las indicaciones y recomendaciones de unos en el instituto o colegio y otros en casa vaya en la misma dirección, no nos cabe la menor duda de que estaremos sentando las bases para que se pueda conseguir una alimentación mucho más saludable entre nuestros jóvenes, lo cual hará posible que su salud sea la que se espera de alguien de su edad.

Es elemental que consigamos esto porque, de lo contrario, nuestra sociedad correrá un grave riesgo. A día de hoy, hay muchas cadenas de restaurantes que son frecuentadas por los jóvenes y que no venden lo que se dice un tipo de comida que sea el más adecuado para cuidar de nuestro cuerpo. Aunque es verdad que también hay otro tipo de lugares que también se están centrando en productos de corte más ecológico, lo cierto es que no podemos bajar la guardia y que debe apostarse por la educación para evitar que los malos hábitos tengan el control de la vida de las personas más jóvenes.

Ojalá que la conciencia al respecto de la importancia de la alimentación se siga desarrollando entre toda la población, no solo entre los jóvenes. Necesitamos que las personas se cuiden, que no se expongan a riesgos necesarios mediante hábitos alimentarios que puedan dañar su cuerpo de una manera casi irreparable. Y menos si son jóvenes. Tenemos un tesoro en las personas de más corta edad y sería una lástima que muchas de ellas se vieran afectadas por algún problema que tuviera alguna causa en algo que podemos controlar como lo es la alimentación.

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