Así se prepara una deliciosa smash burger

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Hacer la mejor hamburguesa smash es un arte que combina técnica, ingredientes de calidad y atención a los detalles. A diferencia de las hamburguesas tradicionales, la clave de una buena smash burger está en la forma en que se cocina la carne, logrando una costra crujiente por fuera mientras se mantiene jugosa por dentro. Conseguir esto requiere un equilibrio entre temperatura, presión y tiempo de cocción, además de ingredientes que potencien su sabor sin opacarlo.

El primer paso es elegir la carne adecuada y, para ello, lo ideal es una mezcla de carne de res con al menos un 20% de grasa, ya que esta aportará la jugosidad necesaria para que la hamburguesa no quede seca. Un corte como el chuck o una combinación con brisket y short rib es perfecto, siempre y cuando la carne esté recién molida para conservar su frescura. No se deben formar hamburguesas compactas ni darles forma de disco antes de cocinarlas; en su lugar, se utilizan pequeñas bolas de carne de unos 80 a 100 gramos, que se aplastarán directamente en la plancha caliente.

La superficie de cocción es fundamental, por lo que, en este sentido, lo mejor es usar una plancha de hierro fundido o una sartén pesada que retenga el calor de manera uniforme. La temperatura debe ser alta, alrededor de 230-260°C, para que la carne se caramelice de inmediato al hacer contacto con la superficie caliente. Cuando se coloca la bola de carne en la plancha, es crucial aplastarla con una espátula ancha y ejercer presión firme durante los primeros 10 segundos de cocción. Esto maximiza el contacto de la carne con la plancha, permitiendo que se forme la costra dorada característica. No se debe mover la hamburguesa hasta que esté lista para voltearse, lo que suele tomar unos 90 segundos.

El condimento se aplica solo después de que la carne haya sido aplastada, según nos cuentan en Canibal Burger, quienes nos apuntan que la sal y la pimienta negra recién molida son suficientes para realzar su sabor, aunque también nos señalan que algunos optan por una mezcla especial de especias. Si bien, es importante no salar la carne antes de cocinarla, ya que esto extraería la humedad y afectaría la textura final. Cuando los bordes comiencen a dorarse y se vea que la parte inferior ha desarrollado una costra crujiente, es el momento de dar la vuelta con una espátula metálica delgada, raspando bien la superficie para no perder la caramelización lograda.

El queso es otro elemento crucial y, para una auténtica smash burger, el queso americano es la mejor opción debido a su excelente capacidad de derretirse de manera uniforme. Se coloca sobre la carne justo después de darle la vuelta, permitiendo que el calor residual lo funda a la perfección. Para acelerar este proceso, algunos cocineros cubren la hamburguesa con una tapa o añaden una pequeña cantidad de agua en la plancha para generar vapor.

El pan debe ser ligero y con una miga suave, como el clásico brioche o el potato bun. Se tuesta ligeramente en la misma plancha donde se cocinó la carne, absorbiendo parte de los jugos y potenciando su sabor. Un buen pan debe ser lo suficientemente resistente para sostener la hamburguesa sin desmoronarse, pero lo bastante esponjoso para no opacar la textura crujiente de la carne.

Los ingredientes adicionales deben ser mínimos para mantener el enfoque en la carne y el queso. Una simple combinación de pepinillos encurtidos, cebolla picada finamente y una salsa casera a base de mayonesa, mostaza y ketchup es ideal. Sin embargo, la clave de la mejor smash burger es evitar sobrecargarla con demasiados ingredientes que puedan distraer del sabor y la textura de la carne.

Una vez ensamblada, la hamburguesa debe servirse de inmediato. La experiencia de comer una hamburguesa smash es única porque cada bocado combina la intensidad del dorado de la carne, el queso fundido en su punto justo y el equilibrio perfecto entre suavidad y crujiente. Dominar la técnica de cocción, elegir buenos ingredientes y respetar la simplicidad de esta hamburguesa es la mejor manera de asegurarse de que cada mordida sea inolvidable.

¿Qué acompañantes suelen llevar las hamburguesas smash?

Las hamburguesas smash suelen ir acompañadas de guarniciones clásicas que complementan su sabor sin robarles protagonismo. Las patatas fritas son la opción más común, preferiblemente delgadas y crujientes, ya sean clásicas, tipo shoestring o en versión rústica con piel. Algunas variaciones incluyen patatas fritas con queso y tocino o incluso chili cheese fries, que llevan queso derretido y chili con carne.

Otro acompañante popular son los aros de cebolla, que aportan una textura crujiente y un toque dulce que combina bien con la intensidad de la carne dorada. También se suelen servir encurtidos adicionales, como pepinillos en rodajas o jalapeños, que añaden un contraste ácido y refrescante al conjunto.

Las ensaladas también son una opción para quienes buscan un equilibrio más ligero. Una ensalada coleslaw cremosa puede complementar la hamburguesa con su mezcla de repollo y zanahoria en aderezo ligeramente ácido. Otra alternativa es una ensalada sencilla de lechuga, tomate y cebolla con vinagreta.

Para quienes buscan algo más sustancioso, los macarrones con queso son una guarnición popular en algunos restaurantes especializados. Su cremosidad combina bien con la textura de la smash burger. También se pueden incluir opciones como papas al horno con crema agria y cebollino, o elotes asados con mantequilla y especias.

En cuanto a bebidas, un batido espeso de vainilla, chocolate o fresa es el clásico complemento americano, pero las cervezas artesanales y los refrescos de cola o root beer también son elecciones comunes. La clave de un buen acompañamiento es que complemente la experiencia sin restar protagonismo a la hamburguesa.

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