Mentiríamos si dijéramos que no nos gusta lo dulce. Está claro que a la inmensa mayoría de la población le encanta la gama de productos que son dulces. Gente de todas las edades, de todas las condiciones sociales y de todos los lugares adora un buen pastel o algún producto que se pueda catalogar como dulce. No es extraño que, por tanto, seamos consumidores habituales de los productos a los que podemos tener acceso en algún establecimiento ligado a la repostería de nuestro país. Y es que no nos queremos privar de nada.
Parece lógico pensar que creciera la facturación de los productos de pastelería, panadería y bollería en España en más de un 27% durante el año 2022, algo de lo que se hace eco el diario La Vanguardia en la noticia que os acabamos de enlazar. Esa facturación superó los 1.660 millones de euros, lo que supone una buena muestra de que este sector tiene una legión de seguidores y seguidoras en España y de que somos verdaderos y verdaderas amantes de todos los productos dulces que se ponen a nuestro alcance. ¿Para qué íbamos a negarlo?
Esta no es una situación que se esté dando en exclusiva en España. Y es que, tal y como hemos podido saber gracias a una información publicada en la página web de Sweet Press, las exportaciones españolas en productos como de los que estamos hablando también han crecido, poniéndose de manifiesto de esta manera que somos unos excelentes reposteros y reposteras en el interior de nuestras fronteras. Seguro que muchos y muchas llevabais pensando esto desde hace mucho tiempo, pero lo cierto es que estos datos corroboran esa hipótesis y la convierten en un hecho objetivo. Así que nadie puede dudar de la potencia y la relevancia de España dentro de este campo.
Uno de los grandes secretos para que la producción de pasteles y otros ricos manjares dulces en nuestro país sea tan extraordinaria es la pulcritud y la higiene con la que se trabaja en los centros de producción. Esto no solo permite que el resultado del trabajo sea perfecto, sino que también constituye un sólido argumento para defender que estamos hablando de un trabajo eficaz y eficiente. Producimos bien y producimos rápido, lo que hace que nuestros productos sean competitivos tanto en nuestro propio país como más allá de nuestras fronteras.
Cada detalle cuenta a la hora de garantizar una producción perfecta de pasteles o de otro tipo de productos dulces. No hay que dejar nada bajo la sombra de la improvisación y hay que ser capaces de anticipar cualquier problema que tenga que ver con la higiene y la pulcritud en este trabajo. Dicen desde Controlplag que, en lo que respecta al sector alimentario, son los productores de dulces los que más empeño ponen en evitar cualquier riesgo que tenga que ver con la aparición de plagas en sus establecimientos. Esa es una de las claves que hace posible que exista un trabajo tan perfecto y tan bien ejecutado.
Un trabajo de sobra reconocido por la sociedad
Creemos sinceramente que la inmensa mayoría de la población reconoce de manera abierta e innegable el trabajo y el desempeño de todas aquellas personas que se dedican a la elaboración de productos dulces. Teniendo en consideración que estamos hablando de uno de los grandes manjares de los que disponemos en España, no es de extrañar que así sea. Los maestros y maestras reposteras son vistos como héroes y heroínas que construyen momentos deliciosos e inolvidables para todas aquellas personas a las que nos encanta lo que hacen. Y saber que tienen tan en cuenta un asunto como el de la higiene en su trabajo nos deja a todo el mundo muy tranquilo.
Es evidente que esa apuesta habla a la perfección acerca de la profesionalidad con la que los reposteros realizan su trabajo en España. Esta es una de las razones por las cuales se han ganado una imagen impoluta ya no solo en España, sino también más allá de nuestras fronteras. Y lo más probable es que esa imagen siga mejorando de aquí a los próximos años, haciendo justicia a una labor que muchas veces no ha sido valorada como merece y que, desde luego, lo va a ser con total merecimiento más pronto que tarde.
Todo sea por seguir disfrutando al máximo de los pasteles y demás dulces de los que podemos presumir en España. Si nuestra gastronomía es de las mejores del mundo, por no decir la mejor, también es gracias a esto. Y está claro que todos y todas tenemos el deber de seguir haciendo posible que esa imagen de la repostería española sea tan grande y tan venerada en todo el mundo. Es lo mínimo que se merece.