De toda la vida se ha asociado el comer dulces con el padecimiento en la salud dental. Caries, deterioro y todo tipo de males bucales se han asociado con la ingesta de productos dulces. Sin embargo, no es el único problema que ocasiona el deterioro de las piezas dentales, que con el tiempo puede en la necesidad de implantes dentales y periodoncias. Las personas que más riesgo de padecer la enfermedad dental son los niños y los ancianos, pero toda la población está en zona de riesgo, principalmente por los malos hábitos en el cuidado e higiene bucal.
Principalmente, casi todos los problemas originados en nuestra boca tienen origen bacteriano. Las placas bacterianas se adhieren a los dientes y forman una película invisible, en principio, que se fija al esmalte dental y lo van deteriorando poco a poco. El avance de estas bacterias puede llegar hasta el núcleo y las zonas más sensibles del diente, ocasionando entonces la famosa caries, dolorosa y muy problemática a la hora de tratarse. No obstante, estas bacterias también ocasionan infecciones en otras partes de la boca, como las encías, por ejemplo. Estas infecciones, que en un principio solo provocan molestias leves o sangrado al cepillarse, si no se tratan con profesionalidad y avanzan en su estado, pueden llegar a provocar la pérdida de las piezas dentales.
Como hablábamos con anterioridad, las causas de los problemas dentales son varias. Principalmente, las dietas demasiado azucaradas. En esta página web, es obvio, nos enamora el dulce, los postres y todo este tipo de placeres para la boca y los sentidos. Sin embargo, también en este sentido hay que tener responsabilidad y saber que la ingesta elevada en dulces y edulcorantes provoca (o puede provocar) enfermedades bucales de sintomatología y tratamientos variados. No obstante, no son, ni mucho menos, los únicos alimentos y hábitos que pueden resultar perjudiciales si se ingieren en exceso. Los llamados alimentos blancos se prestan a una penetración mayor en las zonas intermedias de los dientes, lo que produce un aumento de la placa bacteriana en lugares de difícil acceso y menor limpiado. Además, por otra parte, el abuso de ciertos consumos puede llegar a causar un aumento considerable de los problemas dentales. El café, el alcohol y el tabaco se pueden convertir en una triada fatal para nuestra boca, llegando a ocasionar una proliferación de los problemas dentales si se ingieren juntos y en grandes cantidades.
Lo cierto es que el dolor procedente de la boca es uno de los más incómodos que existen. Se suele decir que alguien es un dolor de muelas cuando esa persona nos busca las cosquillas y nos ocasiona problemas con mucha facilidad. Aunque parezca frívolo, no lo es; la expresión resume perfectamente como el dolor en la zona bucal es de los más incómodos de sufrir. ¿Cómo podemos reconocer el problema antes de que su desarrollo nos obligue a soportar este dolor? Existen varios síntomas que avisan de que la enfermedad dental y las caries pueden estar cerca. Los más reconocibles, evidentemente, tienen que ver con el dolor de muelas o el denominado flemón. Sin embargo, existen otros que pasan por efectos mucho más cotidianos, como la inflamación o rojez de las encías, las ligeras molestias al masticar, la sensación de que nuestras piezas dentales se mueven o el sangrado al morder determinados alimentos o incluso al cepillarse los dientes cada día.
Todos estos síntomas pueden ser evidencia de un problema dental, que también pueden ser de varios tipos. El principal mal dental es, como sabemos, la caries, el más común, que puede afectar a cualquiera. Pero más allá también sufrimos la gingivitis, una inflamación de las encías debido a la existencia de placa bacteriana en ellas. El siguiente paso, más allá de la gingivitis es la piorrea, un agravamiento que puede llegar a afectar a los dientes. Para evitar que el mal dental se convierta en mayor, llegando incluso a tener que visitar una clínica experta en periodoncias e implantes dentales, lo ideal es la higiene bucal tras cada comida y controlar la alimentación. Nos encanta el dulce en el postre, pero nuestros dientes también necesitan un respiro a veces.