No se puede negar, los cupcakes están de moda. No sabemos qué es lo que tienen, pero a todos nos vuelven locos. Quizás sea más incluso por su decoración. En el fondo nos entran por la vista por sus colores y sus bonitas formas. Yo los conocí en concreto durante una fiesta cumpleaños que organicé con la ayuda del catering de Lisi y nos los trajeron para disfrutar ese día. La verdad es que estaban riquísimos y a todo el mundo le encantaron, y son una gran solución para celebraciones, ya que quedan muy bien y además están muy buenos. Utilizando esa manida expresión, a nadie le amarga un dulce.
Pues bien, hoy vamos a explicaros cómo se pueden hacer muy fácilmente para que lo pongáis vosotros en práctica en casa. Ya no solo para hacer fiestas y quedar bien con vuestros invitados, sino también porque son una gran manera de relajarse. A mí por lo menos la cocina me ayuda mucho a vencer el estrés cuando estoy saturada por el trabajo, por ejemplo.
Como sabéis, los cupcakes son una pequeña porción de pastel hecha para una sola persona. Lo más sencillo es hacerlo con una base de magdalena, que aquí las tenemos muy ricas y, así, en mi opinión, ese pastel resulta el pelín menos empalagoso y así podemos catar algunos más.
Pues vamos a empezar por aprender a hacer unas magdalenas. Lo primero es saber qué nos hace falta. Tenemos que contar con harina de repostería, azúcar, levadura, aceite de oliva suave, leche entera, huevos grandes, ralladura de limón, canela en polvo y sal. Como veis, son ingredientes que podéis encontrar en cualquier casa.
Lo primero que debemos es hacer es mezclar un cuarto de harina (a ser posible, tamizada, para que no tenga impurezas o grumos) con unos 10 gramos de la levadura, una pizca de sal y un pelín de canela en polvo. Posteriormente, rayaremos la piel de limón. Eso sí, acordaos de lavarlo antes. Mientras, ponemos el horno a precalentar a 210 grados.
Tenemos que tener los también los moldes para luego poner la mezcla. Normalmente estos moldes son de metal o silicona. Y dentro de estos ponemos el papel que separa de la pared del molde. Los hay muy bonitos, de colores, de topitos… Hasta con forma de corazón para los más románticos.
Con todo esto preparado, mezclamos los huevos (4) y el azúcar (un cuarto de kilo). Podemos ayudarnos para ello con una batidora de varillas. Después a esta mezcla hay que echarle la leche, como tres cuartos de litro, así como unos 200 mililitros de aceita y la piel que hemos rayado previamente del limón. Y seguimos batiendo hasta que esta mezcla se quede homogénea. A continuación, añadimos el resto de ingredientes pero poco a poco y sin dejar de batir.
Con esta mezcla ya hecha, rellenamos los moldes pero sin llenarlos hasta arriba para que no se salgan del molde mientras se hornean, ya que la masa subirá un poco y podría escaparse del papel. Más o menos deberíamos tener mezcla para una docena de magdalenas. Y metemos los moldes unos 15 minutos en el horno que habíamos precalentado. Pasado este tiempo las pinchamos con un cuchillo. Si sale limpio, sin restos, es que también están hechas por dentro, además de por fuera. Si no, deberíamos dejarlas un poquito más.
Pues bien, ya con las magdalenas hechas, es conveniente sacarlas del molde fijo y dejarlas enfriar para poder trabajar con ellas y que no nos derrita la decoración.
Para decorar, que es la parte más fácil y creativa de los cupcakes, simplemente necesitamos fondant de colores o comprar diferentes tintes para teñirlo a nuestro gusto. En cualquier tienda de repostería y cocina podemos comprar aparatos como espátulas para darle formas a nuestro gusto. Por ejemplo, si lo preferimos, en vez de fondant podemos utilizar crema y una manga pastelera para decorarlos con nuestros sabores favoritos. Hay también moldes con formas de ositos y muchos dibujos para hacer formas con el fondant. Incluso podemos incrustar una pequeñita galleta sobre el azúcar… Aquí ya podéis elegir lo que queráis. Si ponéis la palabra ‘cupcake’ en un buscador de internet y le optáis por seleccionar las imágenes, os encontraréis, sin necesidad de comprar un libro de recetas, un montón de formas y originales ideas con las que decorar. Las hay de diferente dificultad y también que necesitan más o menos moldes, así que eso va en función del tiempo que queráis usar y el dinero que tengáis de presupuesto. En la imagen que usamos para ilustrar el artículo veis que ya muchas opciones de colores y muy bonitas.
Y un truco: si queréis ir más rápido, podéis comprar las magdalenas ya hechas y así no tendréis que esperar a que se enfríen ni cocinarlas.