Mi incidente en una repostería

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Qué desagradable es ir a cualquier sitio y encontrarte suciedad. Siempre que veo el programa de Alberto Chicote de Pesadilla en la Cocina, ya sabes, ese en el que le piden ayuda para reflotar un negocio de hostelería, pienso si les merece la pena. Tengo claro que si es un problema de organización, de mala ubicación o gestión pues sí, pero como sea de suciedad, de poca higiene y falta de aseo en el personal, tengo claro que eso no puede repuntar en la vida. Pienso que el que es guarro, lo será toda la vida. No me puedo creer que no se tenga ese pensamiento cuando sabes que estás de cara al público.

Pues bien, en mi caso me ocurrió en una repostería. Me había mudado a un barrio nuevo y decidí una mañana sorprender a mi chico con unos pasteles hechos a manos. Así ponía en el cartel, y creo que no era una metáfora. A mano estaban hechos, pero qué manos.

Comprobé que el repostero tenía las manos muy sucias, además no es que el resto del local estuviera muy limpio. ¿Sabéis lo que hice? Pues primero pagar. Cogí mi paquete de pasteles y le dije: “¿Tienes una papelera cerca?”. El hombre me respondió “ Sí claro, ¿para qué la quiere?”. Y sin pelos en la lengua le espeté: “Para devolverlo de donde ha salido, la basura”. La verdad es que se le quedó una cara que fue un poema y más aún cuando le pedí la hoja de reclamaciones.

Retahila de zascas

Pero no me arrepiento. Y es que estoy harta de que esta gente se ría de nosotros. Me quedé sin dinero pero al menos le puse colorado delante de todo el mundo. Y es que había bien de gente esperando. El señor, por llamarle de alguna forma, no se quedó mudo y se permitió el lujo de responder. “Mira guapa, aquí la única basura que hay eres tú y vete fuera”. Y claro que me fui, pero antes le hice una recomendación, que llamara a la empresa Stocknetvalles, que es una empresa online en la que puede encontrar máquinas fregasuelos, máquinas de lavado a presión y productos de limpieza para hostelería, “que es lo que necesita tu tienda, amiguete. Y no te preocupes que de esto se enterará todo el mundo”.

Y así ha sido porque he utilizado las redes sociales, al igual que este blog para denunciar lo que me ocurrió aquella mañana. Tengo claro que no nos podemos dejar impresionar ni engañar. Y son muchos los establecimientos que como saben que no vamos a decir nada pues ni se preocupan de tener una mínima limpieza en ese lugar. Me consta que desde aquel día, mucha gente ha dejado de ir, porque ha ido comprobando que es cierto.

España es un país en el que nos caracterizamos por tener unos excelentes profesionales en la hostelería. Además, la repostería se nos da de mimo, por eso, no hay que permitir que por un garbanzo se estropee un cocido que se llevaba haciendo de manera magistral durante muchos años. La verdad es que gracias a mi acción en mi nuevo barrio me conocen como la Chicota, es que tanto ver la televisión, al final se acaba pegando todo menos la hermosura. ¿Alguna vez te ha ocurrido algo similar?

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