En la vida hay combinaciones que merecen la pena. Y en el mundo de la gastronomía son muchos los alimentos que marinan perfectamente con los vinos. Está claro que el vino tinto es excelente para comerse carne roja, que el vino blanco va perfecto con los pescados. ¿Y con los postres? Pues quizás muchas personas puedan pensar que el vino y la repostería no casan, pues sí piensan asi, están muy confundidas.
Os vamos a contar cuáles son los mejores vinos para acompañar a los postres. Cuando llega la hora del postre tienes que elegir un vino seguramente te entra una gran incertidumbre al no saber cuál escoger. Hoy te vamos a comentar algunas ideas sobre los mejores vinos para acompañar los postres que, con seguridad, te ayudarán a elegir la mejor opción. Son caldos que marinan perfectamente.
Vinos tintos
Aunque los vinos tintos sean en su esencia para tomar con carnes rojas, carnes de caza o cualquier tipo, también se puede hacer combinaciones mucho más explosivas. Cuando es de chocolate el postre podemos señalar como un buen compañero a un Pinot Noir o un Shiraz australiano que sólo serían superados por un Oporto. Ya os decimos que será algo diferente, pero sobre todo muy innovador. ¿te apruebas con ello?
Vinos blancos
Ya sabemos que los vinos blancos son los perfectos para maridar con pescados, pero con algunos vinos se pueden hacer maravillas. Por ejemplo, un Riesling o un Asti acompañan a la perfección cualquier postre ligero que tenga como base crema de mantequilla o natilla y en los que resalte la vainilla. En cambio si la base es de frutas y canela es preferible un vino Sauternes o un Champagne Rosé. Vas a notar en la boca una apasionante sinfonía de fruta. Fino, elegante y profundo. Te lo prometemos.
Vinos con uva moscatel
No puede faltar un vino de licor elaborado con uva Moscatel de Alejandría. En este caso apostamos por uno creado en bodegas Bocopa. Tras una gran selección, buscando el punto de maduración idóneo, conseguimos este diferente y preciado Licor de Moscatel, que conserva las características naturales de la variedad. La recomendación es tomar esta exquisitez de Moscatel como aperitivo con patés y especialmente en los postres y turrón. Y por supuesto, servir muy frío.
Vinos espumosos
Quizás esto no suene tan raro. Este tipo de vino, como pueden ser un Champagne, un Cava o un Prosecco, dada su gran variedad es la solución perfecta para combinar con cualquier postre, desde frutas naturales hasta las más elaboradas tartas. Está claro que cuando estamos en una boda siempre nos ponen una copa de cava para acompañar a los postres.
Y ahora damos una vuelta al mundo para encontrar esos vinos que mejor maridan con los postres. Y es que aunque en España no somos muy dados, es cierto que en otros países de Europa es muy habitual. El vino dulce húngaro denominado Tokaji merece un tratamiento aparte. Su fabulosa historia, su fascinante proceso de elaboración a partir de uvas botritizadas y su magnífica calidad hacen del Tokaji un vino excepcional. Es la bebida perfecta para acompañar postres elaborados con dátiles, nueces o higos. Seguro que si lo pruebas vas a querer repetir.
Vino del hielo
El vino de hielo es un vino dulce que bien puede ocupar el lugar del postre, si así lo deseamos. Vidal Ice Wine será un fantástico acompañante para un pastel de manzanas o de duraznos. a técnica para conseguir esta uva consiste en dejar sobremadurar la uva en la cepa, que no se cosecha hasta que se produce la primera helada. Cuando el grano se hiela, el agua se expande y rompe la cascarilla de la uva. Así, se pierde más agua y el azúcar es más concentrado. Se hace sobre todo en Alemania. El vino de hielo es recomendable tomarlo como un vino de postre, con dulces, frutas o con foie, o bien degustarlo sin más en la sobremesa después de la comida. Se toma en pocas cantidades, ya que es para disfrutarlo y saborear sus aromas mágicos. Muy al contrario de lo que la gente piensa, los vinos de hielo se deben tomar a una temperatura de 10-12º y no a temperaturas próximas a congelación. Si llegásemos a congelar dichos vinos, perderíamos la calidad del producto por la concentración del agua en forma de hielo y consiguiente desestructuración del mismo.
¿Qué te han parecido? Y es que el vino vale para todo.